¡Habemus desfibrilador!
El título que he decidido ponerle a esta entrada y, en especial, los signos de admiración (tan denostados últimamente en nuestros hábitos de escritura), pretenden reflejar nuestro entusiasmo y, sobre todo, responsabilidad por esta nueva adquisición que hemos hecho en la empresa.
En anteriores entradas ya hemos comentado el compromiso de FAMA con su gente desde un punto de vista global. Cuidar a nuestros trabajadores ha sido una máxima y la política de Prevención de Riesgos Laborales (PRL) intenta ser efectiva y real, por encima de numerosas trabas burocráticas y complicados procesos con los que solemos encontrarnos.
Por desgracia, es muy común que las conciencias despierten cuando se vive de cerca alguna desgracia, y esto es lo que nos ocurrió tras el repentino fallecimiento de un compañero. Afectados por la grave pérdida, rápidamente nos planteamos la posibilidad de implantar un dispositivo desfibrilador externo automatizado (DESA), para nuestras instalaciones, así como realizar la formación pertinente y necesaria para su correcta utilización.
Tras documentarnos y realizar diferentes y necesarios trámites sobre la adquisición del equipo, el siguiente paso fue establecer un calendario y hacer las pertinentes gestiones con la CCAA de Murcia para organizar el curso. Ocho fueron las personas seleccionadas que, además, aceptamos la «responsabilidad» que traía consigo la realización de esta formación.
En este curso aprendimos los protocolos que se deben adoptar ante una situación de parada cardio-respiratoria y la importancia de actuar de manera correcta y, sobre todo, rápida. También aprendimos a utilizar de manera combinada el masaje cardio-pulmonar (RCP), junto al uso del desfibrilador en caso de posible fibrilación ventricular. Es en este punto donde la implantación de estos aparatos es tremendamente positiva, aumentando en un 70 % la efectividad de las reanimaciones tras parada respiratoria.
Sin ánimo de profundizar más sobre los contenidos del curso, sí queremos agradecer a CRUZ ROJA YECLA toda la ayuda que nos han prestado, no solamente con el curso, sino también con todas las gestiones administrativas necesarias para dar de alta el DESA, así como con la información prestada sobre los desfibriladores, tema en el que éramos totalmente profanos.
Uno de los principales valores como empresa es cuidar de nuestra gente y, con ese propósito, la instalación de un DESA es ya una realidad. Nos hemos preparado bien, pero está claro que nuestro verdadero deseo es que nunca tengamos que usarlo.
De alguna manera… ¡va por ti, Ginés!
En anteriores entradas ya hemos comentado el compromiso de FAMA con su gente desde un punto de vista global. Cuidar a nuestros trabajadores ha sido una máxima y la política de Prevención de Riesgos Laborales (PRL) intenta ser efectiva y real, por encima de numerosas trabas burocráticas y complicados procesos con los que solemos encontrarnos.
Por desgracia, es muy común que las conciencias despierten cuando se vive de cerca alguna desgracia, y esto es lo que nos ocurrió tras el repentino fallecimiento de un compañero. Afectados por la grave pérdida, rápidamente nos planteamos la posibilidad de implantar un dispositivo desfibrilador externo automatizado (DESA), para nuestras instalaciones, así como realizar la formación pertinente y necesaria para su correcta utilización.
Tras documentarnos y realizar diferentes y necesarios trámites sobre la adquisición del equipo, el siguiente paso fue establecer un calendario y hacer las pertinentes gestiones con la CCAA de Murcia para organizar el curso. Ocho fueron las personas seleccionadas que, además, aceptamos la «responsabilidad» que traía consigo la realización de esta formación.
En este curso aprendimos los protocolos que se deben adoptar ante una situación de parada cardio-respiratoria y la importancia de actuar de manera correcta y, sobre todo, rápida. También aprendimos a utilizar de manera combinada el masaje cardio-pulmonar (RCP), junto al uso del desfibrilador en caso de posible fibrilación ventricular. Es en este punto donde la implantación de estos aparatos es tremendamente positiva, aumentando en un 70 % la efectividad de las reanimaciones tras parada respiratoria.
Sin ánimo de profundizar más sobre los contenidos del curso, sí queremos agradecer a CRUZ ROJA YECLA toda la ayuda que nos han prestado, no solamente con el curso, sino también con todas las gestiones administrativas necesarias para dar de alta el DESA, así como con la información prestada sobre los desfibriladores, tema en el que éramos totalmente profanos.
Uno de los principales valores como empresa es cuidar de nuestra gente y, con ese propósito, la instalación de un DESA es ya una realidad. Nos hemos preparado bien, pero está claro que nuestro verdadero deseo es que nunca tengamos que usarlo.
De alguna manera… ¡va por ti, Ginés!
Dejar un comentario